¿Cómo puede un solo inquilino arruinar su propia sostenibilidad y la de sus vecinos?
Pues muy simple: Elige una estación de recarga que no cumple las normas y la conecta a la red doméstica general. Así lo ha decidido el Tribunal Regional de Múnich 1, que permite que los inquilinos elijan su propio punto de recarga, incluido el instalador.
En su última columna, el CEO Christoph Erni demuestra claramente cómo esto puede acabar en un «panorama de pérdidas» para muchos.
Enlace al artículo: Vision Mobility