Este argumento se utiliza a menudo en los debates sobre la electrificación del transporte, pero muy poca gente puede explicarlo. Pero a todos los que tratan el tema con más detalle les cansa. Porque batirse en un duelo intelectual contra alguien que se ha armado con argumentos de tertulia de bar es tedioso, siempre. Aprovechemos para hacer una labor educativa.

 

El capítulo de un vistazo:

  • Tierras raras: ¿No son tan raras?
  • ¿Cuánta cantidad de tierras raras hay en la batería?
  • ¿Y qué pasa con el cobalto?
  • Conclusión

Tierras raras: ¿No son tan raras?

Los metales de las tierras raras incluyen un total de 17 elementos de la tabla periódica, también llamados «elementos de las tierras raras»* (LREE por sus siglas en inglés).

Sin embargo, casi nadie sabe que no son realmente raros. Esta contradicción en el nombre proviene de la época del descubrimiento de estos elementos, ya que se encontraban sobre todo en minerales raros.

Pero, ¿hasta qué punto son «raros»? La respuesta es reveladora: Incluso el plomo o el cobre (indispensables para la electrónica actual) son más raros en la corteza terrestre que, por ejemplo, el neodimio, «elemento de las tierras raras».

Los cuentos infantiles ya nos enseñan lo raro que es el oro. Y, sin embargo, no se cuenta como una «tierra rara», a pesar de que es aún más difícil de encontrar que el más raro de los metales de tierras raras: tulio.

*Elementos que pertenecen a las tierras raras: escandio, itrio, lantano, gadolinio, cerio, terbio, praseodimio, disprosio, neodimio, holmio, prometio, erbio, samario, tulio, europio, iterbio y lutecio.

 

¿Cuánta cantidad de tierras raras hay en la batería?

Exactamente: 0 %
¿Sorprendido? En una batería de un vehículo eléctrico se utilizan metales como el aluminio, que es el metal más abundante en la corteza terrestre con aproximadamente un 8 %. Y aunque el litio y el grafito son mucho más raros que el aluminio, estos se pueden encontrar más o menos con la misma frecuencia que, por ejemplo, el cobalto, el estaño o el plomo.

 

¿Y qué pasa con el cobalto?

En el caso del cobalto, se alude al mismo tiempo a las condiciones parcialmente precarias de las minas del principal exportador, el Congo. ¿Qué problema tiene este metal?

El hecho es que solo una pequeña parte de todo el cobalto que se extrae en el mundo procede de las minas en las que se dan estas condiciones.

La mayor parte del cobalto congoleño (84 % según el Instituto Federal de Geociencias y Recursos Naturales, a partir de 2017, p. 17) procede ya de minas industriales de empresas internacionales, en las que se pueden descartar las violaciones de la seguridad y el trabajo infantil.

Y los grandes fabricantes de automóviles también han reaccionado a las críticas y han hecho certificar sus cadenas de suministro o las han cambiado por completo. Dado que Australia también cuenta con grandes yacimientos y goza con una ventajosa ubicación por su corta distancia a las fábricas de baterías de procesamiento en China, las inversiones en minería en ese país se han impulsado con fuerza.

Además, se han creado varios programas, para que la compra de cobalto sea éticamente aceptable y también se está trabajando intensamente en soluciones de reciclaje y nuevas tecnologías, para liberarse completamente de la dependencia al Congo en el futuro.

 

Conclusión

Las tierras raras no son más raras que otras materias primas, tienen un nombre erróneo (obsoleto) y no están presentes en las baterías de vehículos eléctricos.

Los actores globales de la industria automovilística también quieren convencer con una nueva imagen (verde) y han comprendido que el origen de las materias primas utilizadas es un criterio de compra cada vez más importante.